top of page

Alimentación Consciente

Comer es un placer, sin embargo, vivimos tan rápido (aún en tiempos de cuarentena) que hemos subestimado esta actividad tan necesaria para nuestro bienestar y la hemos relegado dándole poca importancia. Y es que en ocasiones, comemos hasta más de 3 veces al día pero lo hacemos de manera desordenada, sin conectar con nuestras sensaciones, comiendo de más o de menos, mirando el celular, atentos del programa de televisión o atendiendo muchos otros asuntos.


Tristemente, comemos con total inconsciencia no solo de los alimentos que ponemos en nuestra boca sino del entorno en el que comemos.

Por tal motivo, la técnica de atención plena o mindfulness se ha extendido hasta la cocina y ahora llega con el nombre de mindfoodness para que poco a poco logremos ser más conscientes de lo que comemos, cuándo, cuanto y cómo comemos.

Seguramente te preguntarás, ¿y porqué esto es importante para mí?, bueno, pues porque a medida que tomamos conciencia de nuestras sensaciones, emociones y pensamientos somos mucho más capaces de tomar mejores decisiones que impactan directamente en nuestra salud y bienestar.

¿Cuántas veces has comido con prisa o viendo una pantalla?, ¿Cuántas veces has comido con culpa o pena?, ¿con qué frecuencia comes solo porque es hora de comer aún sin tener hambre?, ¿comes cuando te sientes triste o enojada?, ¿es hambre o sed o sueño o cansancio o aburrimiento?


¿Lo ves?, comemos sin pensar, sin sentir y sin conectar con lo que realmente necesitamos porque nadie nos ha enseñado a tomar conciencia de nosotros mismos antes de llevarnos esa rebanada de pastel a la boca.

Debes saber que como en todo en la vida, hay niveles. Si, no es lo mismo estar muerto de hambre que estar satisfecho, que tener un “huequito para el postre”, que no tener ni hambre ni sed o sentir el famoso “mal del puerco”. Es decir, hay una escala de hambre y saciedad con diferentes matices, donde 0 significa que literal te estás muriendo de hambre y 10 significa que estás completamente lleno, casi casi no puedes ni respirar de tanto que comiste. ¿Cómo hacer para saber dónde estoy dentro de esa escala y no pasarme?

Bueno, pues la próxima vez antes de que te atasques con la pizza, te recomiendo que te tomes un tiempo para identificar ¿cómo te sientes? ¿en qué nivel de la escala te encuentras en este momento? ¿qué pensamientos llegan a ti?

Respira profundo y realiza este ejercicio de mindfoodness para que conectes con tus emociones y sensaciones:

Siéntate en postura cómoda, con los ojos cerrados y la espalda erguida. Coloca tus manos sobre tus muslos. Inhala profundamente y con cada exhalación comienza a escanear tu cuerpo desde la coronilla hasta los pies. Toma nota mental de las sensaciones que hay en tu cuerpo. ¿Cómo se siente tu cabeza? ¿hay dolor, pesadez, punzadas, rigidez o molestia?, baja hacia tu cara e identifica las sensaciones en cada parte de tu cara: frente, ojos, nariz, cachetes, labios y boca…¿hay algo que moleste, sientes frio o calor, tus dientes o mandíbula están apretados, donde se ha colocado tu lengua, hay algún sabor en tu boca? Sigue

escaneando tu garganta, cuello, hombros, brazos, manos, abdomen, espalda, piernas y pies. Tómate el tiempo necesario para revisar detenidamente cada parte de tu cuerpo y toma nota mental de la posición de tu cuerpo, su temperatura, si hay dolor, molestia incomodidad en alguna parte, hay tensión en alguna parte de tu cuerpo o estás completamente relajada?

Cuando hayas terminado de escanear las sensaciones de tu cuerpo, abre los ojos y revisa qué es lo que pasa dentro de ti. ¿te encuentras en el mismo nivel de la escala ahora? Te puedes sorprender al darte cuenta de que no necesariamente sientes hambre sino sueño o que estás aburrida.

Ahora bien, con la finalidad de hacer de cada alimento una experiencia placentera te invito a que por lo menos una comida al día la realices con plena conciencia: paladeando, disfrutando, saboreando y masticando (más de 15 veces) cada bocado antes de tragarlo. Imagina que eres un crítico de alimentos y trata de identificar las especias e ingredientes que componen ese platillo que estás degustando. Entre bocados procura no tomar más que un sorbo de agua y deja los cubiertos en el plato. Verás que al comer así, lento, pausado, sin distracciones y en conciencia, aprenderás a escuchar a tu cuerpo, te alimentarás solo con la cantidad de comida necesaria y dejarás de sentirte pesada e inflamada. La diferencia entre estar satisfecha y reventar puede ser un solo bocado.


BENEFICIOS & TIPS:


1-. Te enseña a no confundir hambre o sed con culpa, vergüenza, enojo, tristeza, aburrimiento, cansancio, etc.

2-. Ser consciente te permite disfrutar los alimentos que pones en tu boca y agradecerlos.

3-. Lograr identificar en qué nivel de la escala te encuentras te permite tomar decisiones en cuanto a la cantidad de comida que ingieres.

4-. Llenarte con agua durante la comida solo hará que coma menos sólidos y que al poco tiempo vuelva a tener hambre haciendo que recurras a lo primero que encuentres en la alacena.

5-. Escribir y registrar lo que comes y cómo te sientes después de comer ese alimento permitirá que cada vez tengas más conciencia de tu cuerpo y hagas mejores elecciones.

Somos energía y la energía con que comemos impacta la manera en que recibimos ese alimento. Cuando nos conectamos con nosotras mismas dejamos de comer por ansiedad (o cualquier otra emoción) y damos a nuestro cuerpo lo que realmente necesita.

Así que ya lo sabes, comer con conciencia no es solo cuestión de calidad sino de cantidad y en la medida en que nos conectamos y conocemos a nosotras mismas nos sentimos con mejor ánimo y disposición para conectar con los demás.

La práctica hace al maestro y si al menos logras hacer una comida al día con plena atención y conciencia…entonces vas por buen camino. ¡a seguir practicando!


Mónica Velasco

HC & instructora de yoga vinyasa

Fundadora de www.reverdeser.com.mx

19 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page