Por @erehealthcoach

En plena pandemia de Coronavirus, observando que un millón de personas han enfermado, miles han muerto y otras miles se han recuperado, hemos sido confrontados. En esta tragedia humana, la vida nos puso en pausa y a veces nos cuestionamos si la libraremos o no, sin embargo, también podemos observar que han surgido muchas manifestaciones de vida, incluyendo la presencia de flora y fauna donde ya no se veía como: los delfines en Venecia, los pavorreales en España, ciervos en Japón, la limpieza de la contaminación del aire en el mundo. Todo lo anterior gracias a que el ser humano es ahora el mamífero que esta en cautiverio. Se calcula que simplemente con la desintoxicación del ambiente, se han salvado mas decesos que los que el mismo COVID19 podría provocar, y no digo que esto sea un aliciente ante esta preocupante pandemia, es solo que aunque suene trillado, no hay mal que por bien no venga. Observa las manifestaciones de amor, compasión y gozo en las personas, surgiendo como el romanticismo de las parejas bailando, la creatividad de los músicos dando conciertos en las alcobas, los más jóvenes apoyando a la población en riesgo como los ancianos, solidaridad con los mas desafortunados, el cuerpo médico que se había retirado y regresó a trabajar para apoyar a los enfermos, la unión familiar, el padre de familia que los hijos ya no veían en casa y todas estas expresiones que nos muestran la belleza en la vida, el corazón humano. Desde nuestra ventana, el día de hoy sabemos que nuestra vida personal es totalmente diferente a como era hace unos meses, podemos apreciar que habíamos tomado por hecho muchos aspectos de nuestra vida como la salud, nuestro estilo de vida, nuestras costumbres, trabajo, economía, el contacto periódico con nuestros seres queridos, la escuela, el café donde nos reuníamos con nuestros amigos, el ir al cine o al teatro el fin de semana. Ahora, podemos constatar cuan importantes eran los “detalles” como abrazarnos, estar frente a una persona, ser cordial con la gente con la que nos topábamos en la calle, teníamos la posibilidad de esa calidez y esa “seguridad” en que aunque habían cambios que parecían sutiles, había también cierta constancia. Hoy solo sabemos que la vida no volverá a ser la misma y en muchos aspectos eso es grandioso porque, tenemos esta gran oportunidad de reconocer lo que realmente es valioso en nuestra vida y eso nos prepara para direccionar el cambio. Al ser interdependientes, este cambio no es algo que simplemente se nos imponga, nosotros formamos parte de este reordenamiento, el planeta entero es un organismo, podemos decidir cómo actuar hoy. Y ¿si tengo este “borrón y cuenta nueva” cómo haría mi vida de aquí en adelante? ¿Qué es lo que más añoro? ¿Qué es lo que nunca he hecho? ¿De qué tengo ganas? ¿QUIÉN SOY REALMENTE? Es muy normal tener miedo y anticiparnos a lo que viene, recuerda que la angustia y la ansiedad provienen de pensar en el futuro, de pre-ocuparse y la depresión viene de observar hacia el pasado, hacia lo que “hubiera” querido, hacia lo que no logré, hacia lo que me causa culpa. Ambos tiempos, pasado y futuro no están aquí, no puedes ya cambiar lo que fue y no puedes predecir el futuro, suelta. Recupera tu presente y “descansa” en esta realidad, reconoce todo aquello que no puedes cambiar y llega a una tregua con ello. Esta en nuestras manos controlar un sinfín de cuestiones: lo que comemos, nuestra hidratación, la actividad física que realizamos, nuestras relaciones, las precauciones que podemos tener, la productividad de nuestro día, la dirección de nuestros pensamientos, nuestra expresión verbal y los frutos que provendrán de las decisiones y acciones que tomemos como individuos, como familias y como humanidad. Es momento de vivir con amor, tener compasión y creatividad, de participar activamente como parte del planeta hacia un mundo mejor, co-creando como humanidad en el aprecio de lo que realmente vale. Este tiempo es un reto y también es un regalo. VIVE TU PRESENTE, APROVECHA ESTE CAMBIO.
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