La dieta ceto es uno de los planes de alimentación más populares que ha surgido en los últimos años. Sin embargo, muchas personas no están seguras exactamente de qué se trata, qué implica y cómo comenzar. Afortunadamente, descifrar la dieta es en realidad bastante simple y puede ser fácil de seguir una vez que entiendas como funciona. Esto es lo que necesitas saber acerca de la dieta ceto en una forma simplificada.
¿Qué es la dieta ceto?
Bueno, ¿qué es la dieta cetogénica y cómo puede afectar tu salud? La dieta cetogénica es una forma de alimentación que ha existido desde la década de 1920 y se desarrolló originalmente como un nuevo e innovador tratamiento para la epilepsia en niños. Esta alimentación implica reducir drásticamente el consumo de carbohidratos al tiempo que aumentamos la ingesta de grasas saludables para que nuestro cuerpo entre en cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo quema grasa como combustible en lugar de carbohidratos.
En los últimos años, las investigaciones han descubierto aún más beneficios de la dieta cetogénica, muchos de los cuales se extienden mucho más allá de la epilepsia. De hecho, muchos estudios actuales demuestran que la dieta cetogénica podría ayudar a aumentar la pérdida de peso, aumentar la quema de grasa, mejorar la salud del corazón, estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, reduce el riesgo de diabetes tipo 2, ayuda a proteger contra el cancer, ayuda a combatir la enfermedad cerebral y los trastornos neurológicos y más. Además, si la haces correctamente y consumes las grasas adecuadas, te ayudará a mantenerte saciado por más tiempo, disminuyendo tu apetito y evitando que te sientas hambriento.
Entonces, ¿cómo funciona exactamente la dieta cetogénica? Intentaré explicarte de una forma sencilla y echaremos un vistazo más de cerca a la dieta ceto.
¿Cómo funciona la dieta Keto?
Los carbohidratos que se encuentran en alimentos como las frutas, los almidones y los bocadillos azucarados se descomponen en glucosa, que es la principal fuente de energía en el cuerpo. También aumenta la producción de insulina, una hormona que se usa para transportar la glucosa desde el torrente sanguíneo a las células donde se puede usar como combustible.
En la dieta cetogénica, la ingesta de carbohidratos es extremadamente limitada, alrededor de 30 a 50 gramos de carbohidratos netos por día. Esto obliga al cuerpo a buscar otras fuentes de energía para ayudar a impulsar las células, que es donde las grasas saludables como el aguacate, el aceite de oliva y la mantequilla alimentada con pasto entran en escena. Estas grasas se pueden descomponer en combustible, lo que resulta en la producción de cuerpos cetónicos en la sangre y hace que tu cuerpo entre en un estado de cetosis.
Al igual que el azúcar, las cetonas sirven como una forma de energía para ayudar a mantener la función de los tejidos y las células además de ayudarnos a mantener una buena salud en general. Sin embargo, las cetonas a menudo se consideran una fuente de energía más eficiente que el azúcar, proporcionando una mayor cantidad de energía por cada unidad de oxígeno utilizada. No solo eso, sino que mantener niveles óptimos de cetonas en la sangre también puede ser beneficioso para la salud cerebral, la función intestinal, el equilibrio hormonal y los niveles de energía. Cambiar a un estado de cetosis también puede convertir tu cuerpo de un quemador de azúcar en una máquina para quemar grasa para aumentar la pérdida de peso y maximizar tus resultados en el gimnasio.
Para comenzar con la dieta ceto necesitarás hacer algunos cambios. Comienza reduciendo los carbohidratos y limitando tu consumo de solo 30 a 50 gramos de carbohidratos netos por día. Siempre busca las opciones altas en fibra y bajas en carbohidratos, como las verduras sin almidón, la fruta baja en carbohidratos y ciertas nueces y semillas para minimizar la ingesta de carbohidratos y ayudar a que se dispare la cetosis.
Luego, comienza a aumentar tu ingesta de grasas saludables buenas para el corazón como el aguacate, el aceite de coco, el ghee, la mantequilla alimentada con pasto, el pescado alto en grasa y el aceite de oliva. Estos alimentos ayudan a mantenerte saciado y brindan a tu cuerpo una fuente alternativa de combustible. Lo Ideal, es que aproximadamente el 75 por ciento de tus calorías diarias deberán provenir de las grasas saludables que consumas a lo largo del día.
Finalmente, asegúrate de incluir una cantidad moderada de proteínas en tu dieta, estas son esenciales para la función inmune, la reparación de tejidos y el crecimiento muscular. Sin embargo, ten en cuenta que altas cantidades de proteínas pueden convertirse en glucosa, y esto puede detener la cetosis.
Por lo tanto, es mejor limitar tu ingesta de proteínas alrededor del 15-20 por ciento de tus calorías diarias totales. Los alimentos con proteínas de alta calidad como la carne, las aves, los mariscos y los huevos son excelentes opciones para asegurarte de que consumes muchos nutrientes en tu dieta y, al mismo tiempo, le suministres a tu cuerpo la proteína que necesita.
La proporción exacta de macronutrientes recomendados (o tus “macros”) en tu régimen diario (gramos de carbohidratos frente a grasas frente a proteínas) variará según tus objetivos específicos y el estado de salud actual. Tu edad, sexo, nivel de actividad y composición corporal actual también pueden desempeñar un papel en la determinación de la ingesta de carbohidratos y grasas. Lo que es muy seguro es que en cuestión de días, los síntomas como el hambre, la fatiga y la falta de energía generalmente disminuyen a medida que el cuerpo pasa a la cetosis y comienza a quemar grasa en lugar de azúcar.
¿Funciona la dieta ceto? ¡Sí! La pérdida de peso será rápida y confiable y ocurrirá inclusive para alguien que comienza, todo esto debido a la disminución de los niveles de insulina y al cuerpo que se ve obligado a quemar la grasa corporal almacenada para obtener energía.
Así que te espero pronto en mis redes sociales para que conozcas mucho más sobre esta alimentación!
Alejandra Rodriguez
Integrative Nutrition Health Coach