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¿Tienes poca energía?


¿Se te acaba la pila a las 12 del día? Hoy vamos a hablar de las mitocondrias. Ay qué flojera. Nos acordamos de las clases de biología de la secundaria, en las que te hacían representar una célula y le ponías frijoles y sopas de pasta para simular las partes de las que se componía.



Y hasta ahí llegó nuestro conocimiento de las células. Y luego en el área de bioquímica aprenderse el “ciclo de Krebs”, qué difícil. Yo siempre decía: “Y esto, ¿para qué me sirve?”

Es increíble cómo a algo tan importante como conocer el funcionamiento de nuestras células, pasa desapercibido.


Vamos a platicar un poquito sobre la importancia que tiene para la salud y la vida el buen funcionamiento mitocondrial. En las mitocondrias comienza la salud o la enfermedad.

Si te sientes fatigad@, te levantas cansad@, te falla la memoria, no tienes buena concentración, tienes algún dolor inexplicable, te levantas bien pero a las 3 horas ya estás cansad@, lo más seguro es que tengas un mal funcionamiento mitocondrial.

Un médico a quien admiro mucho siempre nos dice: “el primer síntoma de que algo no está funcionando bien en tu cuerpo es la falta de energía”.

Cada célula tiene entre cientos y miles de mitocondrias. Se encuentran en mayor cantidad en las células de tejidos y órganos muy activos, como el cerebro, el corazón y los músculos. Aquí se requiere enorme cantidad de ATP que es la gasolina que requiere la célula. Este ATP es producido por las mitocondrias a partir del oxígeno y los alimentos que consumimos.

Aquí es donde ocurren todos los procesos metabólicos. Así es que cuando decimos que una persona tiene un metabolismo lento, esto quiere decir que las mitocondrias no están metabolizando bien los alimentos y por lo tanto producen poca o nada de energía y entonces subes de peso y te sientes fatigad@ y puedes incluso llegar a desarrollar diabetes, enfermedades cardiacas, enfermedades a nivel cerebral o cualquier tipo de padecimiento crónico.


¿Por qué se dañan nuestras mitocondrias?

El estrés, la mala alimentación, los contaminantes ambientales, la radiación, el sedentarismo, etc., provocan una producción exagerada de radicales libres y tu cuerpo se oxida aceleradamente. Es decir, envejeces a un ritmo más rápido de lo normal. Las grasas en nuestro cuerpo son extremadamente necesarias ya que forman parte de las paredes celulares, pero si estas células grasas se oxidan (se “enrancian”), entonces comienzan los problemas circulatorios, de sistema nervioso y problemas a nivel neuronal.

Las mitocondrias se dañan o mueren a causa de esta oxidación desmedida y tú finalmente te quedas sin energía, ya que dejan de funcionar adecuadamente y no pueden metabolizar grasas, proteínas y carbohidratos como es debido.

No sólo eso. Las mitocondrias envían órdenes a las células para repararse y desintoxicarse. Son las encargadas de producir los antioxidantes que la célula necesita para estar sana. ¡Si, las mitocondrias producen sus propios antioxidantes para protegerse y proteger las células!

El sistema inmunológico también padece si las mitocondrias se dañan. Muchos problemas de fertilidad, se deben a la poca energía mitocondrial en el óvulo o el espermatozoide.

Las mitocondrias son demasiado sensibles y delicadas, por lo que se dañan con facilidad.

¿Qué produce esta oxidación acelerada?

Además de factores del medio ambiente que muchas veces no están bajo nuestro control, existen factores de nuestro estilo de vida que aceleran este daño mitocondrial:

  • Alimentación alta en azúcar

  • Fumar

  • Consumir demasiadas calorías

  • Sedentarismo

  • Pocas horas de sueño

  • Bajo consumo de agua

  • Alimentos con saborizantes y conservadores sintéticos

  • Radiación

  • Estrés

  • Ejercicio extremo

Comúnmente le achacamos a “la edad” ciertos padecimientos y síntomas. Los consideramos “normales” cuando envejecemos. En realidad son nuestras mitocondrias dañadas las que hacen que comencemos a tener arrugas en la piel, canas, dolores en articulaciones, etc. ,etc. Y si esto se sale de control, llegan las enfermedades crónico degenerativas y enfermedades tan terribles como el cáncer.

Las personas longevas que están saludables, tienen mitocondrias funcionando al 100.


¿Cómo podemos cuidar nuestras mitocondrias?

-Evita el azúcar

-Evita la chatarra: colorantes, saborizantes, químicos, pesticidas.

-Come una gran variedad de alimentos naturales, ya que ahí se encuentran los nutrientes que las mitocondrias necesitan: minerales, antioxidantes, enzimas y coenzimas. Pon especial atención a consumir vegetales muy variados y especialmente verde oscuro. Frutas bajas en azúcar y altas en antioxidantes, como las moras.

-Toma nutrientes especializados para una adecuada nutrición mitocondrial. Ya hay nutrientes mitocondriales muy potentes.

-Evita el uso continuo, excesivo de aparatos electrónicos. No los coloques cerca de tu cuerpo.

-Haz ejercicio. El ejercicio es la mejor forma de mejorar la función mitocondrial. Si aumentas tu masa muscular, aumentas la producción de mitocondrias. Así es que practica cualquier ejercicio de fuerza o resistencia. Y si hace mucho que no haces ejercicio, te recomiendo comenzar a caminar 20 minutos diarios con intervalos de ejercicio caminar-trotar-caminar-trotar, ya que este entrenamiento por intervalos también estimula la producción de nuevas mitocondrias y por lo tanto tendrás más energia . Consulta a tu médico antes de comenzar a hacer cualquier rutina de ejercicio.


Por una vida longeva y saludable, a cuidar nuestras mitocondrias!


Mariana Núñez




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